Cuando se siente lastimado por la vida, es fácil atorarse y sentirse olvidado. Pero, ¡no ha sido olvidado! El Rey siempre le está buscando.

Aprenderá del nieto del Rey Saúl en Segunda Samuel. Él era el que debía tomar el trono después de la muerte de Saúl, pero de niño se cayó y como consecuencia, terminó lesionado, olvidado y viviendo en el exilio. Enfrentó dificultades, pero la restauración de Dios llegó buscándolo. Al igual que el Hijo Pródigo, quien desechó su herencia de forma irresponsable y terminó comiendo con los marranos. Y aún así, la misericordia de Dios lo alcanzó y lo levantó de nuevo.

Descubrirá que no importa si es su culpa o no, por haberse salido del camino, Dios aún lo ama y desea bendecirlo sin importar cualquier debilidad o contra tiempo. ¡Dios hoy lo está buscando! ¡Él desea sanar su dolor y restaurarle de nuevo!