El primer milagro de Jesús fue convertir el agua en vino, una obra de aceleración que demuestra el poder sobrenatural de Dios. Toma años para que un vino llegue a la perfección, sin embargo, en un instante Jesús cambió el agua de aquellos recipientes de agua en el mejor vino que existía.
Cuando tienes situaciones en tu vida y parece que tardarán años en resolverse, Dios puede tomarlo y acelerar todo el proceso más pronto de lo imaginado. ¡Dios quiere llevarte más lejos, más rápido de lo que imaginabas!
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